El de las miradas, los gestos. El de los pensamientos, el que sin hablar te deja en penitencia o te premia con la mejor sonrisa.
Ese amor que está en la mayoría de los ancianos, en algunos padres y en pocos jóvenes...
Ese amor que en silencio te llena el corazón.
Ya no hablamos para dar amor sino para ir quitando el poco que queda.. Ojala hablemos cada vez menos y nos miremos un poco más.
Cuentan que en esta casa se servían grandes banquetes, se reunían personalidades destacadas de la zona y jugaban a juegos de azar hasta altas horas.
En el patio tenía una enorme fuente rodeada de un jardín enorme.
Supo tener los muebles más caros de Europa, se duchaban con agua caliente y contemplaban el sol que entraba por el ventanal.
Hoy solo quedan ruinas y tantas preguntas sin respuestas...la famosa estancia Guatrache.